
Era un marzo con frío, pero nos juntaban las ganas de cantar para pelearle a la pena del CeCaCor, ese salario de papel que, cada 30,nos llenaba de frustración y angustia.
En casa de Carmentxa, ensayábamos "Las Golondrinas"
Una noche cualquiera, y parapetada en mi rol empecinado de maestra ciruela, me sorprendieron tus ojos por su fuego.
Y en ellos esa chispa inteligente que extrañaba.
Fue un sólo instante. Brevísimo destello en el fondo de un arpegio.
Sin mover la boca, te reíste.
Chisporroteo de miel ( hasta el aroma); una pícara ceja levantada en ese gesto que duró un instante y sin embargo yesca fue para mi alma, por entonces, aterida y seca.
Un fundido en negro y después....
Seguí cantando y no te registré dentro de nada.
Luego, ( meses?), fue un escenario y mi voz en "Neike Chamigo".
Después de actuar, fuimos con los amigos a ver lo que quedaba del show a la primera fila.
Un corrillo de adolescentes te recibió (estabas allí? ) con risas y grititos, y entonces Juan me dijo
-Mirá vos el éxito que tiene la elegancia….
Sólo entonces re-encontré tu certeza, otra vez en tu mirada verde..fija..sonriendo con la boca quieta.
Y miré el contraste de tu camisa rosa en esa maravillosa piel de chocolate, tu barba candado recortada y esa boca sensual de turco.
Por dios que deberían detenerte por portación de boca.
Queda bien claro que sólo un atisbo de curiosidad me llevó a mirarte. Un atisbo que ni siquiera alcanzó para que yo te hablara.
Aún no te había visto.
Y no esperaba hacerlo.
No volví con ustedes.
Me quedé en La Paz con amigos; vos y el resto se fueron de peña.
En esa época,ya para todo el mundo, yo era inalcanzable.
....................................................................................
De nuevo el tiempo y el reloj corriendo.
Y de nuevo la amnesia de no poder medirlo
Cuanto fue?
Días ,o meses, pero aún era invierno
Estaba yo viviendo el invierno más frío de mi vida.
El fuego inevitable, la reunión con amigos, el cenáculo que siempre me acompaña.
Y de nuevo (eras como una especie de fantasma ?) apareciste de golpe.
Un saludo sin tuteo y a partir de allí comenzaste una marca stopper-líbero, acting de atención full time que me hacía reír, parecía una broma...
-"La doc necesita Coca Cola.
-"me permite que le sirva más asado?
-" Le molesta que pase por aquí?
Y te dí entonces un poquito de mi risa,( al fin y al cabo, qué podía tener eso de malo?), porque el espacio entre las sillas era mínimo, y tu brazo no tenía más opciones (no tenìa?); debía por fuerza (debía?) apoyarse en mi hombro para servir la bebida, y tu cuerpo no podía (no podía?) evitar rozar mi espalda al caminar entre las mesas.
Pero después de la risa compartida, volví al atardecer sin recordarte.
O sí.
Ya eras como una especie de presencia inevitable, que aparecía por donde yo estuviera, silencios y mirada, sonrisa de labios inmóviles, la ceja levantada en una pregunta persistente, interrogante que yo ni siquiera deseaba imaginar.
......................................................................................
Ese jueves me sorprendió llegar al Fogón y ver tantos autos.
Dentro, un mundo..., y José que salió, disimulando, tratando de calmarse al verme.
Llegaba un poco tarde y entré a lo Mariel, rápido ,desparramando besos.
Dejé mi abrigo y “el presi” me arrastró hasta el auto.
Teníamos visitas de sorpresa y nada que ofrecer.!!!
Lo calmé recordando unos chorizos reservados y la leña que yo tenía en la quinta, y miré hacia adentro.
Como era obvio, estabas. Estabas allí y te ví. Sólo a vos, ya no quedaba otra.
Allí, del otro lado de los fuegos, del otro lado de la gente y su bullicio, de pie, derecho y destacando, como un lince en una tribu de coyotes.
Tus ojos pegados a mí, sin un renuncio, y ahí te miré de golpe y dije:
-Me alcanzás el saco?
Sin pensar, con un poquito de autoritarismo, un déjese de joder, pendejo, que yo podría ser su madre y tus ojos desmintiéndolo, y esperé a que tu prisa me trajera el abrigo.
Y vino de tu mano, y la pregunta, y tu ofrecimiento de compañía y ayuda, y el camino a la quinta de a dos, tu risa franca, la mía, cautelosa.
Cargaste leña, volvimos a los fuegos, y le dimos de comer a los amigos.
Ahí sí, era un imán tu cara .Tus dedos en cejilla, me llamaban; tu voz me miró fijo al entonar:
"de punta tengo amor hiriendo el alma
la soledad que nubla mis ventanas
qué voy a hacer de mí con tantas casas
después de tantas noches solitarias"
Y nos dieron las diez, y se fueron los coches, y yo no sabía tu nombre, ni de donde salías; sólo te sentía allí ; y entró la luna, y se apagaron los fuegos de la cena, y nosotros íbamos despacio, agregando leña al que nos estaba ardiendo en las cabezas
"no sé que hacer con tanto anhelo vano
sin tener el abrigo de tus manos
en este nuestro encuentro cotidiano
vivo queriendo amarte a cada rato"
Te invité a tomar un vino a las 5 de la mañana y sonreíste. Ambos sabíamos ya que tu auto se había ido hacía horas, que tus amigos ya estaban en La Paz, y que no volverías a casa ese fin de semana.
Te quedaste mil fines de semana para curarme el alma, despertarme el cuerpo y abrirme la cabeza
"tanto te esperé...tanto te extrañé...tanto te soñé de noche y día
hoy que estás aquí, vuelve con tu amor
a mi triste vida
la alegría
amor ,por fin
regresa.... "
Así terminó tu canción. y así termina este cuento mío:
"ya no me importa el gusto de las cosas
y es sólo un plato sucio al medio día
cuando de nuevo cruces nuestra puerta
yo habré crecido mucho, vida mía."
Tus poemas de hoy son dulcísimos, como vos,y te agradezco.
Espero que esta pobre visión de lo que fue nuestro te dé una pauta de lo que me has dejado.
Por eso es que hoy,mis letras,vivas otra vez besan de nuevo tu boca indecente, en esta serenata otoñal que siempre se animó a sonar, frente a las luminosas ventanas de tus ojos, esas que nunca entonces, ni siquiera ahora, tuvieron una reja para mí.Por Dios,que he regresado.