Un tic tac incierto.
Mar sin oleaje, playa nuda.
El camino es la bùsqueda. Sílice dorado, o roca dura, no le importa ya.
Sigue el paso, aùn sin ver, desde la duda.
(Pero te hallo ,mi amor y es la tormenta.
Cenit de luz, tu abrazo me consume, como si fuera a terminar mi vida.
Paradoja sin màs, amarte es el punto, y es la antípoda.)
La verdad es que el hombre viene al mundo, y desde ese instante primigenio, no gasta ni un segundo de existencia en bùsqueda otra que no lleve a la idea de amor, que està en sus genes, por encima de todo lo creado.
Agregado el valor de vida nueva, todo, seguramente todo lo que hace, dice o piensa dirigidos estàn hacia esa brega.
Andarà por amar y ser amado hasta que muera.
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